Life-Brewery, el proyecto que busca darle una segunda vida a los subproductos de la cerveza
La industria cervecera produce al año más de 35 mil millones de litros de cerveza, lo que genera grandes cantidades de productos descartados que pueden ser aprovechados para elaborar nuevos productos nutritivos y sostenibles.
Cámarabilbao
En un esfuerzo innovador por promover la sostenibilidad en la industria cervecera, el proyecto Life-Brewery está emergiendo como una solución pionera para la reutilización de subproductos generados durante la producción de cerveza. Liderado por AZTI, centro tecnológico especializado en investigación marina y alimentaria, este proyecto europeo busca transformar los residuos cerveceros en ingredientes de alto valor añadido para la alimentación humana y animal.
Cada año, la industria cervecera produce al año 35.000 millones de litros, que a su vez generan una gran cantidad de subproductos, especialmente bagazo (la pulpa de cebada que queda después del proceso de fermentación) y levadura excedente, que es retirada del proceso de fermentación cuando su eficacia disminuye, aunque todavía es rica en proteínas, hidratos de carbono, ácidos grasos, vitaminas y minerales.
Hasta ahora, estos residuos se han destinado principalmente a la alimentación animal o se han empleado como compostaje. El proyecto Life-Brewery pretende ir un paso más allá, se enfoca en el desarrollo de nuevos procesos que permitan la valorización de estos subproductos, con el fin de obtener ingredientes nutritivos y sostenibles.
Innovación tecnológica y sostenibilidad se dan la mano
Life-Brewery está explorando tecnologías avanzadas para la extracción de compuestos valiosos de los subproductos cerveceros para que posteriormente tengan una nueva vida. Entre los compuestos se incluyen proteínas, fibras, antioxidantes y otros nutrientes que es posible reincorporar a la cadena alimentaria. Además de su potencial en alimentación, estos ingredientes podrían ser utilizados en la producción de bioplásticos y otros materiales sostenibles.
Una de las innovaciones clave que plantea es el desarrollo de técnicas de secado y estabilización que permiten conservar las propiedades nutricionales de estos subproductos de cara a incorporarlos en alimentos como panes, galletas o barras energéticas. Esta iniciativa no solo reduce el desperdicio alimentario, sino que también apoya la economía circular, promoviendo un uso más eficiente de los recursos naturales.
Al transformar residuos en recursos, se disminuye la necesidad de nuevas materias primas, contribuyendo a una menor presión sobre los ecosistemas. Su implementación podría tener efectos positivos en la cadena de valor de la industria alimentaria, promoviendo la creación de nuevos productos alimenticios que sean ricos en nutrientes y sostenibles que respondan a las demandas crecientes de los consumidores por opciones más ecológicas.