El 37,5% de los consumidores vascos adoptan medidas contra el desperdicio alimentario
El Observatorio del Comercio de Euskadi, Enfokamer, ha publicado un estudio que profundiza en las opiniones, prácticas y actitudes de la ciudadanía vasca ante el desperdicio alimentario.
Cámarabilbao
En los últimos años, el problema del desperdicio alimentario y sus consecuencias está presente en la agenda de las instituciones, constituyéndose como una preocupación a escala global, implicando a diversos agentes, colectivos y organismos presentes en las diversas etapas de la cadena alimentaria; desde la producción de alimentos hasta la persona consumidora final.
En enero de este mismo año se ha aprobado la Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario. En definitiva, un marco legal que pretende poner el foco en la prevención y concienciación.
La ciudadanía vasca no escapa a esta preocupación global por el desperdicio de alimentos, como se puede constatar a lo largo del estudio. Y prueba de ello son algunos de los indicadores obtenidos:
- Por un lado, a la persona consumidora vasca le molesta notablemente tirar alimentos a la basura. El grado de intensidad que representa es de 9,2 puntos de media en una escala de 0 a 10, cuando hablamos de alimentos que se ponen malos, caducan y se retiran de la despensa o nevera sin haberlos preparado o manipulado de alguna forma. Pero también, es igualmente elevada (8,8 puntos) cuando nos referimos a las sobras, los alimentos cocinados que pueden quedar en la cazuela o el plato.
- Por otra parte, un 46,0% de las personas consultadas dice haber implementado alguna iniciativa concreta a título personal para evitar el desperdicio de alimentos en su hogar. Más allá de la concienciación, un paso a la acción.
- Asimismo, un 55,1% de la población entrevistada considera que en el último año ha desperdiciado menos alimentos que en el año previo.
Esta idea de que su desperdicio de alimentos se ha reducido en el último año viene influenciada por una mayor toma de conciencia sobre esta problemática y por tanto, la implementación de acciones o pequeños cambios en los hábitos de consumo como comprar o cocinar de forma más ajustada a las necesidades del hogar, contar con una mayor planificación y organización de las compras o tratar de conservar mejor los alimentos.
Pero no cabe duda que la etapa inflacionista que atravesamos, con el incremento de precios de la cesta de la compra ha supuesto un cambio en la mirada de la persona consumidora sobre este problema. Ahora se percibe de otro modo, como afirma un 79,3%.
Por otra parte, resulta relevante que la sociedad vasca en general se arroga como colectivo, buena parte de la capacidad de acción en la lucha contra el desperdicio alimentario. Y al contrario de lo que pudiera parecer, se sitúa incluso por delante de la atribuida a la industria alimentaria o sectores concretos como los establecimientos comerciales de alimentación o la hostelería, en el manejo de sus excedentes.
El desarrollo e implantación de Apps contra el desperdicio alimentario que aúnan tanto a personas consumidoras por un lado, como a establecimientos comerciales y hosteleros por otro, enfocados en salvar lotes de alimentos en buen estado que no se comercializarían al día siguiente, ha tenido una gran acogida entre la ciudadanía. Seis de cada diez consultados conoce alguna aplicación siendo fundamentalmente Too Good To Go la de mayor notoriedad.
En general estas aplicaciones están muy bien valoradas, aunque su uso a la postre, no resulte idóneo para todos los perfiles. Y es que quienes han dado el paso de salvar los packs son preferentemente la población más joven y concienciada.
La población vasca entrevistada entiende que el problema del desperdicio alimentario genera un alto impacto social, a escala global. Pero también a un nivel micro, produce un alto impacto económico para el bolsillo de las personas consumidoras.
Quizás el impacto que provoca sobre el medioambiente no tiene la misma visibilidad, igualmente sobre el sector productivo, por lo que aún queda margen de mejora en la comprensión de sus múltiples dimensiones.
Y en este sentido, la ciudadanía vasca ve claro que hace falta seguir avanzando en la concienciación de la sociedad, con iniciativas como la llevada a cabo con la campaña “La comida no se tira”.
Si quieres ampliar esta información y conocer más sobre los hábitos de consumo de la ciudadanía vasca en relación al desperdicio alimentario consulta la versión completa de la investigación en el apartado de Estudios Monográficos elaborados por Enfokamer, Observatorio del Comercio de Euskadi, entidad perteneciente al Departamento de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco.